Democracia ¿ficticia?
Dado algunos comentarios recibidos, he considerado necesario ampliar un tanto mi perspectiva expuesta en "El Síndrome Nahualate" acerca de la democracia en nuestro país, lo cual hago a continuación. Como lo vivimos, el último proceso eleccionario llevó a la presidencia al buen señor Bernardo Arévalo, gracias al liderazgo del que aún goza su señor padre en el imaginario guatemalteco y, quizás, a algunas otras aristas que se mencionan en el ámbito. Así, el Partido Semilla se alzó en primera vuelta con alrededor del 7% de los votos del padrón electoral total. Por demás, evidencia de un paupérrimo apoyo político del pueblo a dicho partido, sin embargo, la cifra: 7%, fue suficiente no solo para colocar al partido encima de muchos otros en esa oportunidad sino, además, llevarlo a la segunda vuelta del citado proceso eleccionario, donde, como se había vuelto costumbre, se votó no solo a favor de él sino en contra de la ya casi perenne adversaria de UNE. Bien. ¿Podemos llamar democr