¿Se acabó?

La noticia de que el ejército sale a las calles por enésima vez ante la ola de violencia y delincuencia que vivimos no sorprende, una vez los últimos cinco o seis gobiernos lo han hecho, lo que implica que durante 20, 25 o 30 años, la PNC no ha sido capaz de bla, bla, bla.... bla!

Sí, bla, bla, bla, pues no es la corrección lo que debe guiarnos en la construcción de una sociedad en la que respeto y tolerancia mutuos sean la amalgama que la consolide sino la prevención. 

Si, prevenir es el nombre del juego, tal como se está haciendo en el campo de salud, inaugurando centros en los aldeas y municipios recónditos, entiendo, que deben ser equipados y abastecidos oportuna y constantemente para que cumplan su fin, bajo la dirección de un profesional responsable de la dirección y ejecución de lo menester. Profesional responsable, sí. Lo más importante.

Sin embargo, en el ámbito de la seguridad es imposible prevenir, una vez la delincuencia es empoderada desde la misma ONU con su pregón a diestra y siniestra de DDHH, los cuales, sabemos y vemos, el fabuloso homo sapiens aprovecha a su peculiar manera para lograr sus fines. Sea como disfraz para invadir Europa y violar y matar a sus jóvenes, para acusar al desprotegido legalmente de tales DDHH, tal lo hace la ley de femicidio en el país; para conducir motocicleta rebasando por derecha; para usurpar tierras o simplemente, como decía aquella madre meses atrás: me mataron a mi hijito, si él solo quería comer. Luego que aquel intentara asaltar una tienda.

Pero además de ese pregón mundial, el gobierno de Guatemala, sin advertirlo, ha venido consintiendo desde gestiones anteriores el fracaso del Ministerio Público como institución responsable de velar por el cumplimiento de la ley, a través de algunos de sus mediocres güizaches que desestiman denuncias ciudadanas, empoderando a la delincuencia con ello.

Sí, lejos de prevenir la delincuencia y disminuirla desde su potencial origen, tal como se hace con las arañas cuando son chiquitas, con la suela del zapato, y no con la escoba cuando ya es tarántula, ese pregón mundial de DDHH y los desistimientos a denuncias signados por ignorantes titulados universitarios que cito la empoderan. La hacen más fuerte. Propician su crecimiento, desarrollo y consolidación. La hacen tarántula.

¿Será necesario explicar por qué o cómo tales ignorantes acciones empoderan a la delincuencia? No lo creo.

Por fortuna, en Europa ya se han percatado de la propia debacle que gobernantes sumisos y obedientes a dicho pregón, e ignorantes de la esencia del homo sapiens, han construido para sus países, y pegando el grito al cielo han decidido en los últimos días iniciar un proceso de deportación de homo sapiens desde sus territorios. Ya basta de DDHH miopes y populistas. Sí, todos tenemos derecho al agua, a vivir en paz, a comida y a esto y lo otro, pero no asesinando, delinquiendo y ni siquiera abusando de otros.

Ya advirtieron siglos atrás los mismos filósofos griegos el riesgo de la democracia ante el raciocinio del homo sapiens pero también su emocionalidad, que en algunos es más fuerte y en otros más débil, una u otra.

De paso, se escucha hoy día otro interesante pregón en el país: el de certeza jurídica, que ojalá más allá del ambiente de las herramientas digitales, persiga también resolver el problema de fondo, incrustado como manera de "pensar" mediocre e irresponsable en tales funcionarios para con la sociedad guatemalteca.

De ser necesario el ejército, quizá no sean las calles el mejor lugar para ubicarlo sino en los escritorios de esa primera línea del MP, donde sin duda contribuirá así muchísimo más a la reducción del delito. 

Ojalá y la ONU misma reclute también personas conocedoras de la motivación humana, del homo sapiens digital que las redes sociales han creado, anonadado con la información, y pensando en él, redimensionen y ajusten dicho pregón a las necesidades básicas del hombre. Los sueños, toca construirlos individualmente, sin matar, violar, usurpar, robar, asaltar y en general, delinquir.

Gracias por su lectura.  



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