RESPETUOSO Y RESPETABLE

Independientemente de por quién votamos en primera vuelta y contra quien lo hicimos en segunda, no cabe duda que la imagen de tío Nayo es de las pocas decentes que aparecían en el cartón. Sin embargo, cuesta comprender el entusiasmo y la pasión de algunos por su investidura como presidente, una vez, con él o sin él, Guatemala seguramente seguirá en las garras, tanto de la corrupción (no la citaré más, pues hay abundantes textos en relación) como de esa otra arista poco mencionada: la ineficiencia de la burocracia con la que, en general, el país cuenta.

Ineficiencia, claro, consecuencia del sistema mismo: sin educación de calidad desde la escuela primaria hasta la universitaria. Sin líderes notables que cimbraran valores humanos, sociales, académicos, de servicio a la nación y al prójimo, entre otros. Sin ídolos exitosos reales; a lo sumo algún mítico guerrillero en tshirts y un par de bandoleros quienes, lejos de construir, destruyeron. Sin ejemplos de trabajo acucioso y responsable. Sin orgullo nacional, menos aún: identidad. Con artes distorsionadas en sus distintas manifestaciones y en fin, poco o nada rescatable de valor social.

Así, la mayoría de funcionarios, disfuncionales, lejos de realizar sus tareas con acuciosidad y esmero, con responsabilidad, hacen todo lo contrario, y se empeñan en evadir y no hacer o cuando mucho, hacer chueco. Al fin de cuentas, su sueldo tanto como su plaza en gobierno, mediante los macabros sindicatos y sus líderes, están asegurados.

Así pues, son ellos también, los miles de funcionarios malandros quienes han construido el desastre de gobierno, y por ende, de país,  del cual nos venimos quejando desde rato ya.

Pero además, las engorrosas normas y procedimientos que han tenido que implementarse para intentar detener la corrupción y el robo hormiga dentro de las mismas instituciones y dependencias de gobierno hacen aún más difícil el desempeño de funciones, máxime para el funcionario probo que, por dignidad y respeto a sí mismo, anhela contribuir con el desarrollo del país.

Así las cosas, es evidente que no solo los gobernantes, tampoco Arévalo, son los responsables de la debacle. Aunque si se quiere encontrar alguno, hay un punto de inflexión en el gobierno de Sandra Torres, cuando la contratación de funcionarios se politizó y se dio por sentado aceptar la recomendación e imposición de diputados para asignar y ocupar plazas, principalmente en posiciones de control y descontrol de gobierno, para asegurarse la coordinación necesaria entre ejecutivo y legislativo en pos de intereses oscuros, sin necesidad de que presidente tuviera que tocar pito. ¿Lo veremos con Arévalo?

De tal suerte, el ciudadano promedio, y me temo, el gobernante y funcionario honrado y honesto también, están hoy día presos de las pasiones y caprichos, del buen o mal ánimo de los funcionarios y compañeros de trabajo a quienes por necesidad debe acudirse para resolver problemas cotidianos o trabajar en equipo. Y no menciono: engrasar con billetes tal maquinaria, pues respecto a corrupción, adelanté, hay bastante escrito. Me refiero simplemente a ineficiencia y disfuncionalidad, y para ser contundente y claro, a aquel: me pela.

Sin embargo, parece moda mundial, pues varias son las burocracias del planeta que han trascendido desde algún regular servicio a sus pueblos hacia auténticos parásitos que los esquilman, gracias a la diligencia de algunos gobernantes y congresistas tanto como a la hipócrita venia de funcionarios que, sin esa disfuncional función que practican y cobran (el: me pela), no existirían. (Ahorrándole al pueblo inmerecidos salarios).

Por supuesto, tal degradación no es exclusiva de funcionarios; por el contrario, es evidente en cada rincón de nuestra sociedad. Para citar algunos, la enorme horda de analfabetas conductores de motocicletas y transportes colectivos de pasajeros (quienes absorben importante cantidad del presupuesto de emergencia hospitalaria gracias a su peculiar idiotez, arrebatándoselo a neonatos y madres en gestación y parto) y la ausencia de autoridad capaz (que también utiliza motocicleta, y sin la responsabilidad del uniforme pero el lógico respaldo de su institución, seguramente peor) y comprometida con regular e imponer la carísima ley escrita (emanada desde congreso con altísimo presupuesto anual, lo que las hace carísimas). Sobrando por supuesto mencionar diputados.

De hecho, el pueblo que presumimos recibirá el Dr Arévalo en pocos días, dista mucho, muchísimo, de aquel que Ubico entregó al otro Dr Arévalo. Incluyendo burocracia y mística.

Como sirviente al prójimo durante varios años, posición que desempeñé con orgullo una vez comprendo la importancia social del grano de arena, me atrevo a enunciar que “Respetuoso y respetable” debería ser el slogan en la conciencia de todo guatemalteco (confieso: lo parí pensando en el Ministerio Público, pero pronto percibí su necesidad nacional). Así, aunque lejos del: Patria o muerte, de la moneda cubana, quizá acuñamos nuestras monedas con: respetuoso y respetable, como mensaje que incida en la población para el anhelado desarrollo.

¿Será factible para don Arévalo rescatar alguna  mística en la gestión de servicio del funcionario y en la conciencia del guatemalteco en general o será mejor pedir al departamento de estado de los Estados Unidos de América revoque 15 o 20 mil visas más? ¿Qué tendrá que suceder?

Veremos.

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