Otra creencia general: creer que sabemos.
En general, partiendo de las premisas de nuestro conocimiento, nuestra ignorancia y nuestras creencias como elementos base para pensar o imaginar, y tomar decisiones como humanos, y en particular, de diversas premisas tales como que los USA cuida sus intereses como nación (lo que le ha llevado a actuar en contra o a favor de distintos gobiernos alrededor del globo, desde Panamá hasta Irak, en distintas fechas a lo largo del último siglo, en especial Guatemala misma en 1954); la caótica situación política de nuestro país, con su consolidada corrupción cultural (tal México, Honduras, Venezuela, Haití, Paraguay y muchos otros países latinos); nuestro sistema electoral señalado en diversas ocasiones y desde distintos ángulos como manipulado, cooptado, impidiéndonos a los guatemaltecos elegir auténticas opciones, más allá de las que dicha cooptada canasta ofrece (tal se evidenció en el reciente proceso eleccionario con una serie de tachas puestas a diversos candidatos que se eliminaron de la lista); la contra producente incidencia que esta situación política descrita tiene directamente en la masiva migración ilegal que parte desde nuestro país pero también transita a través del mismo para llegar, o invadir, el país del norte: no es difícil entonces imaginar, quizá incluso inferir, que nuestra situación política no es conveniente para los intereses de los Estados Unidos de América en estos momentos. Por lo que no le quedaría más remedio a dicho país que apoyar o al menos ser indiferente a algún contrafraude. (Acto de contrariar nuestro fraudulento o cooptado proceso eleccionario con otro sistema electoral similar capaz de derrumbarlo. Ilegales ambos, pero uno, en apariencia: conveniente para cierto sector.
Sin embargo, y aunque no es
preciso aclarar que un objetivo así no se logra de la noche a la mañana, cabe mencionarse que exige previo desacreditar todo el sistema de gobierno y sus
principales funcionarios, labor que exige años, pero también hechos, y estos
últimos, lamentablemente: abundan. Así mismo, exige recursos, aunque en nuestra
sociedad, dinero basta y sobra para arreglar lo menester.
Por supuesto, comprobar tal injerencia,
de haberla, es imposible. Máxime para un país de 3er mundo, sin auténtica ideología
política y menos aún, alguna identidad nacional (la diversidad es nuestro
encanto: 4 pueblos), pero sobre todo, con instituciones ineficientes y
funcionarios corruptos,
Finalmente, aunque de existir tal
contrafraude, tampoco podrían sus autores aceptarlo. Imaginemos aceptar en pleno
siglo de poesía humanista tal intromisión en las esferas de un país libre,
soberano e independiente, y democrático, como nos preciamos.
Así las cosas, seguimos creyendo
que sí o que no, pues saber tal verdad nos está vedado por los siglos de los
siglos, amén. Y es que la credibilidad de Raymundo y medio mundo está hoy por hoy
en el peor momento de la historia. ¿O no?
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