Sobre San Carlos y el momento

 

Sobre San Carlos y el momento

Nunca tuve oportunidad de llevar curso alguno en USAC, pero los hechos recientes, máxime siendo otra institución pública, merecen ser comentados desde una perspectiva así, independiente, sin sesgo o apego emocional, y reconociendo en primer lugar que dicha escuela universitaria ha dado grandes luces al país, siendo injusto citar con nombre y apellido a las tales, una vez no habría espacio suficiente para ello. Pero vale mencionar que la mayoría de amigos estudian u ostentan título universitario de la: San Carlos, como coloquialmente le conocemos.

Sin embargo, como todas las luces, estas son imposibles de observar si no están envueltas de oscuridad, y lamentablemente, dicha casa de estudios también ha parido eso: oscuridad. Particularmente visible en las más recientes décadas, cuando el sistema educativo del país, todo, se ha venido al traste; los ideales y pasiones políticas han fulgurado en dicha casa de estudios a dimensiones no conocidas previo y la comunicación digital y sus millones de mensajes han permeado de manera negativa la salud mental de la sociedad, máxime al estudiantado en general, una vez su edad biológica lo define como grupo objetivo principal de la misma.

En relación con la debacle educativa, desde cerca de 2007, cuando el sindicato magisterial cooptó las escuelas, se acrecentó con contundencia, aunque esta venía tambaleante de décadas atrás, sin embargo, tal realidad ha afectado a toda la academia universitaria, en general, de hecho, al país entero, por lo que no es excusa para esa oscuridad señalada específicamente en USAC, como tampoco lo es la salud mental afecta por la comunicación y su sobreabundancia de mensajes, una vez también es general.

Queda pues como particular peculiaridad de San Carlos su inserción en la política nacional desde cuando su fundación misma, aunque este texto permitirá dimensionar su real relevancia en dicho ámbito a lo largo de la historia: “La Universidad de San Carlos de Guatemala fue el centro de las ideas republicanas e impulsora intelectual de la independencia” (Políticas., n.d.)

Sin entrar en consideraciones acerca de la importancia de la academia por sobre otros poderes para el desarrollo de los pueblos, la San Carlos es pues bastión político importante del país y, por ende, de su desarrollo tanto como de su subdesarrollo.

Pero sabemos también, la casa de estudios del pueblo, tal todas las instituciones del Estado, incluso el gobierno mismo, congreso, organismo judicial, ministerio público y demás, incluyendo no pocas empresas educativas privadas, no es inmune a la degradación ética y moral del pueblo mismo, a la ausencia de respeto y confianza, por lo que los bochornos y comedias no pueden ser ajenos a dicha casa de estudios, incluyendo más allá de los académicos, tal títulos por compadrazgo según se comenta en redes, los políticos, por supuesto.

Máxime en este momento, cuando como nunca antes, las autonomías y, principalmente sus asignaciones presupuestarias, sus millonarias asignaciones presupuestarias, se han colocado en el ojo de la corrupción, tanto como los puestos políticos de relevancia y su poder se han convertido en el emprendimiento por excelencia para gran parte de la juventud, tal se observa en la gran cantidad de candidatos a elección popular en los procesos eleccionarios. Máxime comparando con años anteriores a 1990.

El dinero fácil y a caudales, más allá de alguna ideología política y totalmente lejos de toda academia, propicia pues un momento álgido en el país, y dicha casa de estudios no puede ser excepción. Máxime cuando la mala administración de tales asignaciones presupuestarias y su desvirtúo carecen de castigo contundente, históricamente.

Pero ¿serán reversibles tales desmedidos intereses por los presupuestos tanto como por la participación política en el país? Seguramente no; pero quizá tampoco se cuenta con una legislación ágil y certera que persiga, juzgue y condene tales intereses, máxime ante la defensa de los mismos por parte de DDHH y la democracia.

De hecho, yendo poco más allá, gran parte de la debacle política actual del país radica en la antojadiza interpretación que del derecho, de la legislación misma, algunos abogados: hombres de leyes, quizá egresados de San Carlos misma, realizan para lograr perversos objetivos de diversa índole, lo cual riñe a todas luces contra la ética profesional, sin embargo… en esas estamos de rato ya, y continuamos.  

Así las cosas, la realidad, es de suma importancia que los sancarlistas no olviden que la academia, aquella misma que les permitió ser artífices de nuestra independencia, continúen con ella como su bastión principal en el combate y sometimiento ahora del fraude, la astucia y la mentira, flagelos sociales que de a poco se han vuelto transparentes e inidentificables para la mayoría, y con dicho combate continúen aportando al desarrollo del pueblo.

Los estudiantes mismos deben exigir academia de primer nivel y recuperar el prestigio que otrora USAC ostentaba, en especial en relación con la formación profesional y su base en valores éticos y morales, respeto esencialmente, los cuales hoy día constituyen, sin ninguna duda, la mayor pérdida social del país. La mayor tragedia. En no pocos casos, gracias a la política y sus cajas de resonancia.

Así mismo, debe el estudiantado universitario meditar también acerca de ese extraño interés que en general se observa actualmente por las mieles de las posiciones políticas, discernir y actuar cuando le toque elegir mediante su voto.

J. Luis Elgueta J.


https://www.studocu.com/gt/document/universidad-de-san-carlos-de-guatemala/ciencias-politicas/capitulo-02-sintesis-historia-de-la-usac/48819444.

USAC, S. (s.f.). https://www.studocu.com/gt/document/universidad-de-san-carlos-de-guatemala/ciencias-politicas/capitulo-02-sintesis-historia-de-la-usac/48819444.


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