¿Legalizar la coca? God save.

Luego de algún tiempo preguntándome acerca de por qué sí o por qué no legalizar el consumo de cocaína, y en consecuencia su producción y comercialización en sus principales mercados, y haber inferido de manera precipitada que probablemente se debía a las jugosas e ilegales mordidas y dádivas que el comercio ilegal de la misma deja a tantísimo funcionario y político a lo largo de los distintos países donde dicho polvo blanco llega y transita, creo haber deducido otra razón aún más importante para impedir dicha legalización.

Aunque claro, sin menosprecio alguno de la previo señalada, pues si bien la que ahora deduzco vendría a ser la causa más importante, tal reparto de coimas y sobornos seguramente impide que más de alguno de tales funcionarios y políticos, incluidos presidentes, se oponga con vehemencia y virilidad a tal ilegal trasiego y busque su legalización. De hecho, y totalmente por el contrario, es casi seguro que favorecen en lo posible que tal consumo y trasiego continúe así: ilegal.

Sin embargo, como he adelantado, la razón principal según percibo ahora, va mucho más allá de tal corrupción sistematizada.

De hecho, entre las aristas del consumo y legalización de la cocaína debe tomarse en cuenta también, como símil, la absurda dependencia a que Europa se sometió frente a Rusia con sus recursos energéticos, así como la trágica naturaleza que impide el cultivo de lúpulo en nuestros países.

Sí, contrario al lúpulo, cuyo cultivo solo es factible más allá del paralelo 35, tanto al norte como al sur, imposible entonces en las inmediaciones del ecuador terrestre, la planta de hoja de coca solo puede cultivarse entre los paralelos 15 o 16 a lo sumo, tanto al norte como al sur; es decir: acá en Guatemala, como se ha evidenciado con los cultivos en el área de Izabal, y en Perú y Bolivia, al sur. De lo contrario, y conociendo el poder de los mexicanos en el tema, ya la cultivarían en Chiapas o, mejor aún, en Monterrey mismo. Pero no; aún no es factible cultivarla en su tierra, aunque seguramente varios laboratorios clandestinos y seguramente también de gobiernos, trabajan en la genética de la planta para lograrlo más adelante. 

Pero entonces, ¿qué razón puede deducirse ahora para no legalizar el consumo y comercialización de cocaína?

En primer lugar, la riqueza que el negocio legal generaría a los países productores, lo cual desestabilizaría por completo el mapa geopolítico del planeta, lo cual contradiría lo que se dice son los planes del norte para con el sur. Y en 2do lugar, la dependencia a que "legalmente" se someterían los mercados consumidores ante los países productores. 

Dos razones más que suficientemente poderosas para que no se haga nada, una vez preservar la seguridad del mercado consumidor es esencial en la política del país.  

Países como el nuestro: Guatemala, e incluso México, simples intermediarios aunque duramente golpeados por las bandas de narcotraficantes, quedarían a la vera del camino y del negocio, pues la cocaína se exportaría directamente desde los países productores hacia los consumidores. Y con ello, la zaga de consecuencias que podemos vaticinar. 

Es pues la seguridad nacional del mercado la que impide legalizar el consumo y comercialización de la cocaína. Más adelante se verá si los laboratorios logran modificar la genética de la planta para cultivarla en los campos de trigo o de maíz, y entonces quizás sí, abrirse a la legalización.


 


 


 


  









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